COMENTARIO-Tiempo de promocionar "trambólicos antivalores"
Ni con un increíble porcentaje de alcohol en la sangre, Diego Pérez soñó jamás con el momento de “fama” que está disfrutando. La nueva estrella mediática declaró que lo máximo que aspiraba era llegar a ser tan famoso como Joseph, el peluquero cuya foto exageradamente grande tapa la visual en Libertad y Mariscal López. Pero como decía mi abuela, si uno es persistente con sus sueños, estos pueden terminar convirtiéndose en realidad, aunque no siempre en el mismo grado de nuestros anhelos. Fue así como una noche cualquiera, Diego dejó sus tijeras y cepillos, cerró su peluquería y se convirtió en el pasajero ocasional de un cliente de su peluquería. Como ambos estaban con mucha espirituosa en las tripas, volaron bajito a velocidad no recomendada. El resultado fue que el chofer de la moto fue a parar a Emergencias Médicas y él, por una “arbolada”. Tanta suerte tuvo el hombre que además de salir ileso de semejante accidente, tuvo su segundo de gloria en la tele, entrevistado por un cronis...