Opiniòn - Si te caes una vez...



( Publicado en La Nación, el 14.03.2011)


La aguas han inundado mi alma”, se llama la obra que Kemzaburo Oè, escribiò luego del nacimiento de su hijo con retraso mental. Ademàs de plantear el duro momento que un padre sobrelleva con una experiencia similar, el libro lo ayudò a crecer como escritor y como persona. Hoy, su muchacho es un gran mùsico y Oè ha comentado con làgrimas en los ojos, lo orgulloso que se siente de su progreso.

Esta experiencia del gran escritor japonès, ganador de un Premio Nobel de Literatura, pinta el espíritu de sus compatriotas, quienes a travès de los siglos han ido sorteando todo tipo de calamidades, de las cuales salieron lastimados pero airosos, con tesòn y disciplina.

El pavoroso terromoto y posterior tsunami que enluteció a Japòn, es otra prueba terrible de todo lo que este pueblo puede soportar. Alguien dijo alguna vez que Dios no te manda ninguna carga que no seas capaz de aguantar, y quizàs èl sabe cuànto dolor y destrucción podìan aun sobrellevar nuestros hermanos nipones. Los expertos dicen que ningùn otro pais estaba preparado como para soportar semejante onda destructiva, que hubiera hecho desaparecer a poblaciones enteras, si ocurrìa en otro lugar.

Pensando en la magnitud del desastre, sòlo los japones, con su disciplina, su preparación y su nivel de prevención, tuvieron menos pèrdidas humanas de lo que se podrìa esperar. Y, seguramente, en poco tiempo, volveràn a levantarse, aùn de las cenizas, una vez màs. En estos dìas, un presentador de CNN en español, hablaba de la màxima asiàtica, que dice: si te caes una vez, debes estar preparado para levantarte siete veces.

Los japones ya han soportado cientos de caidas y se han vuelto a levantar: Hiroshima y Nagazaki son quizàs las màs dolorosas y con los efectos negativos màs expansivos y terribles. Luego estàn las catàstrofes de la naturaleza, que los han ido golpeando año tras año, de manera mas leve o màs violenta, pero mantenièndolos en vilo y en alerta, siempre.

Los nipones han generado toda una suerte de defensa fìsica (casas antimìsmicas, refugios, ropas especiales, etc) y emocional (mantener la calma, el orden, no entrar en pànico, etc.), esperando el gran cataclismo que pusiera a prueba todo sus sistema de prevención. Dios quiera que este haya sido la peor caida y que nunca màs Japòn vuelva a ser sacudido por semejante furia de la naturaleza.

Desde Paraguay, les lleguen las oraciones para que se aplaque la ira de este planeta que està devolviendo los golpes que recibe a diario, y ahora les ha tocado a los japoneses, como ayer le tocò a los habitantes de Haitì, de Chile y de otros paises.



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