Relatos sueltos- Abrazame












De "Para cuando despiertes"
(relatos para niños)

La profesora dijo hoy, que mañana viernes irìamos al hogar de ancianos a llevarles comida a los viejitos. Mamà, tenès que darme plata para comprar galletitas, alfajores y purè, porque ellos ya no tienen dientes y tienen que comer cositas blandas.


¿Que no puedo llevarles purè porque va a descomponerse?. Claro que puedo llevarles purè y que lo coman enseguida. Y despuès me voy otra vez y les llevo màs. No me voy a acostar si no me prometès hacer mucho purè para mañana temprano.


Sabès mamà. Tenìas razòn.


No debì haberle llevado tanto purè, porque el viejecito que elegì como abuelo adoptivo no tenìa hambre, no querìa comer. O sea, querìa comer, pero tenìa tanta tos que le era imposible tragar.


Me puse un poco impaciente, porque todos los ancianitos que mis compañeras adoptaron se portaban bien, comìan todo lo que ellas les llevaron. En cambio, el mìo no paraba de toses y de lagrimear. Hasta estuve a punto de pedirle a la profe para cambiar de abuelito. Finalmente, le insistì tanto para que coma que me dió el gusto: comiò un poco y me dijo que iba a guardar el resto para su cena.


Despuès le mostrè las galletitas de vainilla, los alfajores, la leche y las manzanas que le llevè y èl sonrió. Pero me asombrè muchìsimo cuando de repente dejò a un lado la bolsa de cosas y me dijo: abrazame, por favor. Sì, parecìa medio tonto ese anciano. En vez de aprovechar todo lo que le llevè, èl me pidiò un abrazo. Me acerquè y se prendió a mì y yo a èl, y parece que el abrazo nos gustò a los dos, porque a mì me entibió todo el cuerpo y a èl se le pasò la tos y sonrió mucho, con su boca sin dientes.


La otra semana, mamà, preparame màs purè para llevarle, porque yo tengo para èl otro montòn de abrazos.


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