Opinión -Héroe civil del Bicentenario

(Publicado en La Nación el 25.04.2011) Recuerdo ese terrible dolor que la sacudía entera. Parece que fue ayer, pero han pasado veinte años. Ella ya había perdido un hijo, joven, maravilloso, por culpa de las balas asesinas… y le habían arrebatado el segundo, quitándole otro pedazo de su corazón. Ella besaba ese hueco donde había estado aquel ojo, que quería ver un país sin corruptos, sin violencia… ella acariciaba esas manos que aporreaban la vieja máquina de escribir para enviar sus crónicas al diario Noticias y para bosquejar poemas; y para acariciar como a un niño ese micrófono de su querida Radio Mburucuyá, allá en la entonces inhóspita Pedro Juan Caballero. Ella lloraba sin consuelo porque ya era el segundo hijo que había criado con tanto amor, y se lo arrebataban de golpe, por honesto y consecuente, por gritar a los cuatro vientos que prefería la muerte física a la muerte ética, porque no había billete que pudiera comprar su conciencia y su voz. Tiempo después del as...