Entrevista - Gloria V. Casañas


Gloria V. Casañas, autora de “Y porâ”

El agua lleva y trae, tanto

lo bueno como lo malo”



La escritora argentina vino a Paraguay para promocionar su novela, cuya trama transcurre durante la Guerra Grande.

Una historia de amor en medio de una guerra cruenta y absurda, fue la idea disparadora para que la escritora argentina Gloria V. Casañas escribiera su novela “Y porâ”, que promocionó en Paraguay, durante esta pasada semana. El libro, editado por Plaza&Janés, es distribuido en el país por la librería Quijote. ¿Cómo instala esa trama en medio del dolor? “La idea de situar la novela en la Guerra Grande revoloteaba en mi mente cuando todavía estaba escribiendo “La maestra de la laguna”, así que la guardé a la espera del momento adecuado. Al principio me asaltó la duda, porque el contexto es duro, y no quería minimizarlo, pero el tema se tornó tan presente en mí, que me dije que era esto lo que debía escribir, y no me arrepiento, siento que investigar sobre esta guerra me enriqueció y me acercó a la idiosincrasia paraguaya”, dice. Cuenta que “Y porâ” le surgió como título apenas pensó en la tierra que quería describir, surcada por ríos. “El agua lleva y trae, tanto lo bueno como lo malo. Por los ríos circulaba el comercio de entonces, los barcos que participaron en la guerra, y por los ríos bajaron los cadáveres de los soldados. Pero el discurrir del agua tiene un mensaje sanador, el río siempre se renueva, y eso es lo que me motivó a elegir este título: una nueva vida después del horror. Por otro lado, quería que el nombre fuese en guaraní, una lengua tan rica y tan viva”.


SOLO EXISTIR


Gloria cuenta que es difícil medir el tiempo de escritura de una novela como esta. “Hay mucho dedicado a la lectura y a la investigación de campo; si tuviese que hacer un promedio, diría que trabajé más de dos años. Empecé con el nombre del protagonista: Bautista. Pensé en él como un hombre bueno y sencillo, sin otra ambición que su existir, y que se vio arrastrado a una situación dramática que lo transforma. Por otro lado, los personajes reales de este período me atraían: el Mariscal López, capaz de movilizar a todo un pueblo y de mostrarse tan cercano a él; Elisa Lynch, que lo siguió hasta el fin; los conflictos de la región del Plata, los entreveros políticos que protagonizaron Mitre y Urquiza. Hasta la presencia del Gauchito Gil, tan venerado en el litoral de mi país, y que estuvo en la guerra, como tantos otros que se labraron allí un nombre. La Guerra de la Triple Alianza fue una verdadera epopeya, y en ese escenario se forjaron hombres que luego serían protagonistas de la vida política. Casi todos pasaron por ella”.


MOSTRAR EL CONFLICTO


Sobre el momento en que definió sus afectos hacia la literatura, Gloria sostiene que fue desde pequeña. “Yo escribí desde muy chica, poesías, cuentos…novelas cortas. Reconozco que me gusta resaltar lo autóctono, mostrar la vida cotidiana de otras épocas, y sobre todo, me interesa el conflicto entre las culturas nativas y la europea, tanto el que se dio en tiempos antiguos como el que todavía pervive. ¿Cuáles son sus expectativas? “Yo solo quiero que disfruten de lo que escribo, y que los lectores me cuenten después su parecer. Ese intercambio es muy valioso para mí. Mi mayor premio es que alguien me diga que se olvidó del mundo leyendo mis novelas. Hay, sin embargo, un agregado: vivir la propia historia a través de los personajes de ficción. Mis lectores me agradecen que les muestre eso, es un modo de recuperar la tradición. Como dijo Sarmiento: “las novelas han educado a la mayoría de las naciones”. Yo misma me eduqué con las novelas. Creo que fueron los libros mismos los que me indicaron ese camino. Yo amaba leer y mis padres me guiaron en las lecturas. Siempre hubo muchos libros en casa, se hablaba de libros y de autores, y en ese entorno supongo que se definió esta vocación.


SUS LECTURAS


De chica adoraba leer a Julio Verne, Emilio Salgari, Jack London, Mark Twain, que me traían a casa las aventuras que me hubiese gustado vivir –dice Gloria Casañas–. También leía mucho a Charles Dickens, Louise May Alcott, y cuando estudiaba en el secundario, me enamoré de la literatura española del Siglo de Oro. Es el día de hoy que sigo prendada de esas obras clásicas, creo que les debo mucho. Es difícil señalar sólo algunos autores, pues uno es el resultado de muchas lecturas. El Quijote y el Martín Fierro son, para mí, libros de cabecera a los que se vuelve una y otra vez. De los escritores sudamericanos, Gabriel García Márquez me sacude entera, aunque me gustan también Isabel Allende, Augusto Roa Bastos y Vargas Llosa. Jorge Luis Borges me marcó con la fuerza del sustantivo, y Manuel Mujica Láinez me enseñó a tejer una historia dentro de un marco de época. Espero que “Y porâ” sea recibido en el Paraguay con el mismo cariño con que lo escribí.

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