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Mostrando entradas de diciembre, 2009

COMENTARIO-Tiempo de promocionar "trambólicos antivalores"

Ni con un increíble porcentaje de alcohol en la sangre, Diego Pérez soñó jamás con el momento de “fama” que está disfrutando. La nueva estrella mediática declaró que lo máximo que aspiraba era llegar a ser tan famoso como Joseph, el peluquero cuya foto exageradamente grande tapa la visual en Libertad y Mariscal López.   Pero como decía mi abuela, si uno es persistente con sus sueños, estos pueden terminar convirtiéndose en realidad, aunque no siempre en el mismo grado de nuestros anhelos.  Fue así como una noche cualquiera, Diego dejó sus tijeras y cepillos, cerró su peluquería y se convirtió en el pasajero ocasional de un cliente de su peluquería. Como ambos estaban con mucha espirituosa en las tripas, volaron bajito a velocidad no recomendada. El resultado fue que el chofer de la moto fue a parar a Emergencias Médicas y él, por una “arbolada”. Tanta suerte tuvo el hombre que además de salir ileso de semejante accidente, tuvo su segundo de gloria en la tele, entrevistado por un cronis

Relatos sueltos - Tomates en sus mejillas

                        De "Fuego que no apaga-Relatos de amor y desamor"                                                      (A Javier Yubi)   Volví a caminar por San Telmo luego de veinticinco años. No pude reconocer las casas sobre la calle   Defensa, Piedras se mostraba   extrañamente moderna y de Carlos Calvo habían desaparecido la mayoría de los conventillos con gloriosa fachada de casa colonial. Me paré    extasiada ante mi   casa de antaño , hecha casi una ruina.   Allí estaba el peldaño, de blanco mármol que en mi memoria se había pintado de gris. Entré sin golpear, la puerta semirota estaba abierta, el Inolvidable patio lleno de malvones no conservaba nada de su antigua belleza. Sólo paredes semidestruidas y el hermoso piso con arabescos lleno de cemento a causa de las nuevas construcciones… No me animé a continuar hasta el fondo, pero sí me atreví   a mirar la puerta que llevaba al departamento donde vivía   aquella niña melancólica. Entonces la ví, esta

FELIZ NAVIDAD!!!!

Yo creo que ninguna navidad del mundo tiene los aromas de la navidad del Paraguay... Esa mezcla de esencias de las frutas de verano, con las rosas mañaneras, los jazmines del atardecer, o incluso, el de la tierra mojada por el aguacero... todo se conjuga para crear una atmósfera muy especial. Y en esa atmósfera transcurre esta celebración del nacimiento de Jesús,  del 2009, para que renazca la esperanza y la paz en Paraguay y en todos los rincones del mundo. Feliz navidad queridos amigos.                    Milia  

Fuego que no se apaga-Fotos del lanzamiento

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El pasado 11 de diciembre, en la Biblioteca Cervantes del Centro Cultural de España "Juan de Salazar", acompañada de un hermoso grupo de amigos y de mi familia, presenté mi nuevo libro "Fuego que no se apaga-Relatos de amor y desamor" Lourdes Espínola, presidenta de EPA (Escritoras Paraguayas Asociadas), realizó la presentación de mi  trabajo.Nos acompañó en la mesa,  la directora de Editorial Servilibro, Vidalia Sánchez.  Con mis hijos Vanessa, Melissa, Julietta y Julio José,  mi yerno Angel Duarte y mi querida amiga Ivelice Villalba. Con Julio Con Lita Pérez Cáceres y Mabel Lezcano Con Lita Pérez Cáceres, Mabel Lezcano, Oscar González Acosta y Fernando Cabral Con María Vera, Gloria Rojas y su hija y Ofelia Cuevas. Con Carmen Salvadó, Liz Giardina, Mercedes Carrillo, y mis amores, Julio

Relatos sueltos - Rosas de Madrid

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                             De "Fuego que no se apaga - Relatos de amor y desamor"                                                 El estaba comiendo una naranja, comiendo hasta la pulpa, trocito a trocito, como un niño que acaba de encontrar un trozo de chocolate. Yo leía a Neruda, o lo releía, una de las tantas veces, mientras tomaba de nuevo un café para esperar a que llegara María Antonia. El me sonrió, con su boca manchada de pequeñas gotitas. Tuve que corresponderle porque era muy amable. Tenía la mirada más dulce que había visto en mi vida, incluso más que la de Juan Ignacio que es tan gentil y todo el tiempo está tratando de agradar   a los demás.   Se cayó un jazmín seco del libro y él saltó hasta el suelo, para agarrarlo, antes de que se perdiera bajo los pies de alguien o el viento se lo llevara lejos. Lo tomó con suavidad y me lo entregó como quien agarra un diamante. Gracias, le dije, sonriendo nuevamente y agarrando el pequeño gajo seco de la flor