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Mostrando entradas de junio, 2009

Relatos sueltos-Luisito en el Jardín de infantes

 (De "Microcuentos para soñar en colores")                                                                                                                                           A los compañeritos de Jardín   y   Pre-escolar 1998- 1999   de Vanessa.        Sus papis pensaron que enviándolo a un jardín de infantes, Luisito aprendería a comportarse mejor: a compartir sus cosas, a ser más obediente y que le ayudaría a utilizar bien su enorme exceso de energía. ¡Bah!, fiesta total en la cabeza del osito. No durmió en toda la noche imaginando lo mucho que "cabezudearía" en su escuela. Durante mucho tiempo soñó con ir a esa preciosa escuelita.      Cada vez que pasaba por allí, la muralla blanca con mariposas pintadas lo atraía como un imán. Cuando llegó el gran día en que traspasó la puerta verde de hierro, tomadito de la mano de papá y mamá, sintió que su corazón galopaba como un pony.      Por ser el primer día, llevó muchísimas cosas para merendar

Relatos sueltos - Canciones sin sentido

                                            (De "Ronda en las olas")     Muchos me contaron que yo vagaba con ella por todos los lugares. Se nos vio por todas partes, juntas; el mercado, las avenidas, la terminal, a la salida de los cines... Dicen que ella siempre iba andrajosa, descalza, la mirada perdida, la sonrisa sin causa.     Cuando yo era un bebé ella me cargaba a su cintura o sobre su cuello y dicen que muchas veces yo lloraba de hambre porque como ella no se alimentaba, no tenía leche para amamantarme. Cuando ya fui un poco más grande chupaba durante horas algún trozo de cáscara de naranja o cualquier otra cosa que me daban por ahí.      Algunas veces vivíamos en el hospital. Me cuentan que por lo menos allí las dos comíamos un poco mejor que cuando vagábamos por las calles, a ella no le gustaba estar en el hospital, quería estar libre, caminar, que no la encerraran.      Cuentan que fue una chica feliz, que vino de la campaña para trabajar en una casa de fa

Poema de William Baecker

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Era un simple cariño Era un simple cariño, un aroma lejano de otros nombres que a veces repetía sin quererlo; la clara certidumbre de un afecto que acaso me endulzaba la tristeza; un dormido volcán que se acostaba diariamente conmigo.   Y sucedió que un día giraron los relojes a la inversa: eclosionó el volcán y aquel cariño murió de tanto arder como rescoldo para nacer de fuego enteramente tuyo. 

Relatos sueltos- Guardame el sol

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(De "Un sueño en la ventana") Un vecino prestó su camioneta para que lo trajeran a la ciudad, porque en el centro de salud dijeron que ya no podían hacer nada, que precisaba atenciones especializadas. Dejaron a las otras criaturas con la abuela y vinieron los dos con él. Trajeron sus pocas pertenencias en dos bolsones y su pelota para que pudiera jugar cuando estuviera mejor. «Mamá, tengo frío», dijo cuando lo acostaron en la angosta cama del hospital, en una sala repleta de criaturas quejumbrosas y rostros de madres preocupadas. Su papá se quitó la campera, lo arropó y se acostó a su lado para darle más calor, pero vino la enfermera y le dijo que no podía acostarse con el paciente, entonces trató de explicarle que lo hacía sólo para que no sintiera frío, pero ella le ordenó que se levantara inmediatamente. Les dieron una enorme lista de remedios que debían comprar, revisaron su bill

Homenaje a Maria Luisa Artecona de Thompson

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Días atrás, estuvo una semana en Asunción el destacado actor Viggo Mortensen, quien vino a seleccionar material sobre antrolopología, el cual será publicado por su editorial Perceval Press. Huidizo de los medios de prensa, tuvo sin embargo, un apreciable acercamiento a la cultura paraguaya. Lo dijo en un material escrito especialmente para el Diario La Nación.    “Lo que sí me impresionó mucho fue la gentileza de la gente que conocí caminando por el centro de Asunción. También he leído algo de la poesía Paraguaya, y me ha gustado mucho “Lo Gris”, de María Luisa Artecona de Thompson, por ejemplo. Es una maravilla. Leer ese poema de noche, al ritmo de la fuerte lluvia de la semana pasada dando sobre el techo de mi habitación, fue emocionante para mí. Tanto me gustó que he colgado ese poema en la página de nuestra editorial (la que publicará el libro sobre Schmidt y Susnik), Perceval Press. Cuando vuelva a Paraguay haré todo lo que pueda para viajar por el país y conocerlo mucho me

Relatos sueltos - Cayetano

   Media cucharada de sal gruesa y un chorrito de aceite. El agua hirviente recibe a los largos fideos que caen parados, para luego ir acomodándose en el fondo de la cacerola. Hay que revolver para que no se peguen, decía el nono Cayetano. Lo recuerdo los domingos, cuando cocino los tallarines para mi familia, y a mitad de semana cuando coloco spaguettis en medio del agua, para luego esperar impaciente que se cocinen, colarlos y llevarlos a la mesa, en una fuente humeante, donde la mitad de mis hijos lo comerán sólo con un poco de aceite y la otra mitad los bañará en abundamente tuco, rojo, muy rojo… El sabía de cocinar fideos, de hacer una especie de buñuelos salados, de freir pacientemente   las llamadas papas del aire, de reparar planchas y calefones y   de brindar afecto a sus nietos de sangre y a su nieta por adopción.   ¿Puede alguien llevarse mal con su padrastro, pero amar al abuelastro? Me ha sucedido a mí. Mi padrastro forma parte de la zona que quiero olvidar de mi vid